Hola chicas!!!!
A la mayoría de nosotras nos apasiona la moda, ir de shopping, las fashion magazines, etc. Pero cuantas de nosotras sabemos que el primer modisto de la historia fue un hombre?! Si! Como lo oyes.
Hoy voy a intentar que sepáis un poquito mas sobre este hobbie que tanto nos gusta...LA MODA!
El sector internacional de la moda ha experimentado varios cambios desde sus comienzos a mediados
del siglo XIX.
Charles Frederick
Worth fue el primer modisto que
dictó a sus clientes lo que debían llevar, y que se presentó como la suprema
autoridad en materia de trajes femeninos. Worth
impuso la costumbre de crear prendas,
o “modelos”, que mostraba en mujeres
jóvenes seleccionadas por su parecido con las ricas clientas de Worth. Estos modelos se exhibían dos
veces al año o por petición especial.
Charles F. Worth
era un comerciante británico de telas que se trasladó a Paris en 1845. Antes de él, las mujeres adineradas solían contratar
costureras, y todas las innovaciones y cambios de estilo en el campo de la moda
se producían lentamente. Worth
empezó a crear trajes exclusivos
para su esposa y otras mujeres jóvenes a las que contrataba para mostrar en
lugares públicos a fin de llamar la atención. No tardo en ganarse una reputación,
y pronto empezaron a lucir sus trajes la Emperatriz
Eugenia de Francia y las noves damas de la corte.
Pronto siguieron sus pasos otros diseñadores y así nació la alta
costura. Los dos hijos de Worth, Gaston
y Jean Philippe, se sumaron al negocio familiar y en 1868 Gaston ayudó a
crear un gremio de diseñadores de moda
que ahora se conoce como la Chambre
Syndicale de la Haute Couture (“alta costura”). Este organismo rector sigue
dictando normas estrictas para quien quiera ser considerado modisto, como por ejemplo tener un
salón o taller de modas en París, esta obligado a presentar un desfile ante la
prensa dos veces al año con al menos 35 modelos,
y emplear al menos a 15 personas. ¿Curioso verdad?
Hasta la II Guerra Mundial, París era el reino supremo de
la moda, y era habitual comprar
prendas de prueba a los modistos
franceses y copiarles, así París
dictaba la moda al resto del mundo
occidental. A consecuencia de la ocupación
de Francia por los nazis, París
quedó aislado del resto del mundo, que se vio obligado a recurrir a sus propios
diseñadores.
Después de la guerra Paris
volvió a ejercer su liderazgo pero las ventajas del pret-a-porter (“listo para llevar“), siguieron haciéndose evidentes
durante la postguerra. Al llegar la década de 1960, se renovó el énfasis en lo
joven y en el cambio rápido, y la alta
costura empezó a perder su poder de liderazgo ante el avance del pret-a-porter.
Se crearon “capitales
de la moda” para dar categoría a la contribución de cada país a la moda. Por ejemplo, Milán cobró fama por sus sedas estampadas; Londres tuvo dos vertientes: una conservadora y otra de
experimentación; Nueva York se
caracterizó por una estética limpia, con prendas
vendibles y prácticas. A pesar de todo París
siguió marcando tendencias y llevando
la delantera en técnicas de alta costura. Aunque la Chambre Syndicale se vio obligada a aceptar que podían existir casas
de alta costura fuera de París, esto no rebajó la categoría de
la moda parisina.
En la década de los 80, los diseñadores japoneses empezaron a hacer desfiles en París
provocando una gran conmoción en la moda
internacional, presentando nuevas concepciones de la silueta y la imagen
dentro del mundo de la moda. A finales de dicha década y comienzos de la
siguiente, los diseñadores japoneses ejercieron influencia
particular en un grupo de diseñadores
belgas, cuya percepción de lo que significa la moda en el contexto contemporáneo influyó a su vez en otros diseñadores de NY, Londres, Milán y París.
En la década de los 60, 70 y 80, el sector de la moda se expandió exponencialmente al
explorar los diseñadores las licencias, mercadotecnia y las líneas de difusión. Las licencias
permitieron que otros fabricantes usaran el nombre de los diseñadores. La practica de la concesión
de licencias había empezado en los albores del siglo XX con cosméticos y perfumes, pero en ese
momento se expandió enormemente. Los diseñadores
pudieron obtener un gran porcentaje de sus beneficios de fabricantes que
usaban el nombre del diseñador para
vender artículos variados como accesorios, chaquetas, artículos de decoración y
ocasionalmente, incluso coches.
En un principio, los diseñadores
a menudo no fueron muy cuidadoso con la calidad y el aspecto de los productos
sobre los que concedían las licencias, perdiendo algunos el control de sus
nombres en los tratos comerciales, y otros viendo deslucida su imagen. Al darse cuenta de esto
empezaron a ejercer controles mas estrictos sobre todas las facetas del
mercado.
La mercadotecnia
y las técnicas de publicidad
ayudaron a los diseñadores a
diferenciarse en un mercado cada vez mas competitivo. Llegó un momento en que
esas practicas se convirtieron en una forma de marcar el estilo de vida, lo
cual significaba que había un aspecto unificados en las colecciones del diseñador, incluidas en todas la licencias que se
concedían. El discurso de los diseñadores
creaba valor para los clientes, un valor que estaba desligado al producto real:
una simple camiseta comunicaba más categoría por la marca que llevan a escrita en el pecho que por las cualidades
intrínsecas de la prenda.
Hoy en día, muchos diseñadores
se valen de sus colecciones de ropa, ya sean de alta costura o de pret a porter,
como forma de conseguir notoriedad, lo que, a su vez, vende producto. Los diseñadores crean una marca o imagen mediante innovaciones de estilo en sus colecciones, pero en realidad el beneficio lo obtienen mas de las
licencias que de las colecciones de pasarela. Si el nombre del diseñador no tiene una jerarquía de marca, las licencias no tienen valor.
En un acuerdo de mercadotecnia que recorra todo el proceso,
las licencias financian las colecciones
que, a su vez, generan expectativa suficiente para la venta de las licencias.
Esta práctica empresarial permite que los diseñadores
amplíen las fronteras de la innovación y marquen el futuro de la moda.
Fuente:
Extraído de “The World’s most Influential Fashion Designers”. Pág.: 8-9. Noël
Palomo- Lovinski. 2011.a de la moda
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experimentaci copiarles, as a 15 persona